04 noviembre 2005

Justo o Bueno... he ahí la cuestión

El niño se encontraba secando los platos que su madre le iba pasando, después de haberlos fregado. Poco a poco, fue haciendo una pequeña pila, en la que había 10 platos más o menos. Pero en un descuido, mientras secaba el último plato, las manos del niño no respondieron y el plato cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos.

La madre ahora fijó su vista en el niño que, con cara muy asustada, miró a su projenitora en busca de un apoyo en tan crítico momento para él. La mujer, sorprendida tanto como el niño por el estruendo producido por el plato, no reaccionó.

Los dos se miraron por unos segundos... unos segundos que parecieron horas para el pobre jovencito. El chiquillo, estremecido por la algarabía de los pedazos de loza saltando y esparciéndose por todas partes, sólo fijaba sus húmedos ojos en los de su madre...

La pregunta es: ¿cómo debería reaccionar la madre? ¿Debería ser justa? ¿O debería ser buena? Claro, leyendo la historia, el primer impulso emocional sería condenar una reacción de castigo contra el hijo. Y sin embargo, ¿no sería la más justa?

Lo justo sería reprenderle como mínimo, pues ha dejado caer un plato al suelo, permitiendo que se rompiera. Ha sido un torpe, y no prestó la suficiente atención al sujetar el plato. Se fue relajando poco a poco, y al final se confió demasiado.

Sin embargo, lo bueno sería ver el esfuerzo que ha puesto el niño en su tarea, aguantando hasta el final, siendo eficaz y laborioso. En resumen, ver las buenas cualidades, agradecer su trabajo, consolarle y reemprender otro trabajo, sería lo más bondadoso que se podría hacer.

Enternecida por el temor de su hijo, la madre lo mira, lo coje entre sus brazos, lo abraza, lo aprieta contra su pecho, y mientras le susurra: "No has hecho nada malo a propósito. Ha sido un accidente. No te preocupes, yo lo recogeré...". Qué maravilla de madre...

Tristemente, esta escena no se traslada a la realidad de los adultos, donde un malentendido se soluciona con la justicia por mano propia, en vez de aclarar los asuntos de forma bondadosa...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay. Algo que suele crear problemas a los que dan vueltas a sus propias reacciones y a las de los demás. Cuántas veces me habré preguntado si ser bueno no será también ser justo, realmente la única manera de ser justo. ¿Quién de nosotros es nadie para juzgar a los demás? ¿Quién de nosotros puede ver lo que pasó dentro de cada cuál? Más allá de la justicia que impone la sociedad a sus miembros, a través de las leyes, supuestamente para defenderlos y asegurar unas bases para la convivencia, la que nosotros hemos de obrar cada día con nuestros semejantes, y más importante, con nuestros seres queridos, a menudo nos recuerda el supuesto conflicto entre lo justo y lo bueno.
Me pregunto, si yo comprendo una flaqueza, un error en los demás, porque yo mismo lo he cometido alguna vez, o soy susceptible de cometerlo en una situación similar, ¿no sería lo justo y lo bueno valorar lo que de meritorio haya tenido el comportamiento del otro, a la vez que prestar la ayuda justa para que él pueda ver qué ha hecho, si no lo ve, o para ayudarle a superar, o al menos no agrandar el sentimiento de fracaso? ¿Cuántas veces lo más difícil ha sido perdonarnos a nosotros mismos una falta, y cuántas aquella persona que justo tiene la facultad de ayudarnos en ese trance concreto ha preferido ser "justa" y reprochar y castigar? ¿Cuántas veces somos nosotros aquellos que debemos elegir entre ser "justos", acertados en nuestra predicción, inflados en nuestra posición de juez, dolidos en nuestra posición de víctima, o buenos, porque comprendemos qué pasó, prestos para echar una mano (¡o para apartarse!), para perdonar, para esas palabras que pueden restaurar la valía caída del errado, para no oponer orgullo alguno a su pena?
Es cierto, pocas veces en el mundo de los mayores tenemos la suficiente paciencia para ser bondadosos con quien lo merece de nosotros, símplemente por ser especial. Pedir esa bondad para cualquiera ya roza la utopía. A todo nos acostumbramos, sobre todo a lo fácil y a aquello que nos infla, y así pagamos. Y así nos pagan.

Anónimo dijo...

Wenas!aqui si te voy a poner algo.Porque yo me encuentro con esta situacion todos los dias ,y aunque no soy madre(cosa que me gustaria expermentar algunnnnnnn diaaaaaaaaaa)en estas situaciones es mejor ser las dos coss al mismo tiempo,por ejemplo,ayer un nene de 5 años se hizo sus necesidades encima,estaba jugando en el patio y se le escapo. Mi primera reaccion fue,"ya se te ha escapàdo,eso no se hace " porque evidentemente quien lo limpia era yo.pero comprendo que eso le pasa a cualquier niño y que no es motivo para un castigo severo,porque en ese caso el niño puede coger miedo y eso no estaria bien,asiue trasladado a la vida real, como cristianos debemos imitar a Jehova ,que el si que es justo y tb bueno. Me despido . Xao