17 febrero 2006

Recuerdos... buenos recuerdos...


El último día... suena triste... y lo ha sido, aunque menos de lo que esperaba.

Después de 5 años trabajando con mis queridos compañeros (algun@s más que otr@s), el decirles un simple "Hasta otra, que tengáis suerte"... ha sido realmente difícil.

Italtel, después Arteixo-Telecom... y ahora... decisión, decisión es lo que me hace falta para seguir adelante, con buenos recuerdos, buenas amistades... en fin, 5 años de experiencia... ¡y que me quiten lo "bailao"!

En fin... "patatas en latín", como dice mi abuelita. Sólo deseo que a tod@s les vaya muy bien, y que sean lo más felices que una persona pueda ser. A los mandos que griten menos, y a los trabajadores que disfruten lo más que puedan de su rutinario trabajo. Y a los valientes... que cambien.

Y el tiempo dirá si nos volvemos a ver... :)

10 febrero 2006

Se acabó el tiempo...


¿Qué decir cuando vas a cerrar con llave una parte de tu vida en una vitrina de cristal y luego vas a tirar la llave muy lejos, donde no se pueda recuperar? Es realmente duro. Por suerte, siempre podré mirar a través del vidrio y disfrutar con los buenos recuerdos.

5 años... 40 horas a la semana... 8 horas al día... todo ello empleado en ganar simple dinero... que propósito más vacío (sobre todo cuando no es imprescindible). Y, para colmo, no sentir ningún tipo de realización personal...

Pero el tiempo ha llegado... y, por decisión propia, no hay arrepentimiento, pues la elección ha sido la más acertada, sin lugar a dudas.

Habrá que decir adiós a un puesto de trabajo, a una fábrica, a unos compañeros, a un ritmo de vida... y tantas y tantas cosas que echaré de menos, aunque no todas...

Cabeza alta... mirada al frente... Los recuerdos bonitos son los que ayudarán a valorar más el futuro. Mientras tanto, procuraré aprovechar este privilegio que se me ha otorgado.

A mi regreso... el tiempo dirá... si regreso...


P.D. Lo de "uno de sus mejores trabajadores"... modestia aparte =:P

01 febrero 2006

¿Está lleno tu cubo?

Esta mañana, de visita médica por Coruña, he aprovechado para comprar un libro en una pintoresca librería del centro. Es que a uno le gustan los libros, y por mirar no cobran (de momento).

El título del libro es: "¿Está lleno su cubo?" Lo encontré en la sección de Dirección y Organización de Empresas, pero creo que la lección personal es mayor que la laboral.

Aún no lo he leído, aunque sí lo he empezado, y recomiendo su lectura a tod@s.

Como breve introducción, aquí os transcribo "La teoría del cucharón y el cubo". Lo dicho, muy recomendable.



Cada uno de nosotros posee su propio cubo. El cubo se llena o vacía permanentemente en función de lo qeu otros nos dicen o nos hacen. Cuando nuestro cubo está lleno, nos sentimos bien; cuando está vacío, fatal.

Cada uno de nosotros dispone también de un cucharón. Cuando empleamos nuestro cucharón para llenar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que potencie sus emociones positivas- también estamos llenando nuestro propio cubo. Pero cuando utilizamos nuestro cucharón para vaciar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que merme sus emociones positivas- nos vaciamos nosotros mismos.

Igual que las copas llenas a rebosar, un cubo lleno nos proporciona una perspectiva positiva y energías renovadas. Cada gota del cubo nos fortalece y refuerza nuestro optimismo.

Sin embargo, un cubo vacío enturbia nuestra mirada, socava nuestra energía y debilita nuestra voluntad. Por eso, cuando alguien se dedica a vaciar nuestro cubo nos duele.

De esta manera cada día nos encontramos ante una disyuntiva: podemos llenar los cubos de los demás o podemos vaciarlos. Se trata de una elección fundamental, capaz de afectar profundamente nuestras relaciones, nuestra capacidad de trabajo, nuestra salud y nuestra felicidad.