11 septiembre 2006

Historias para no dormir

Hace unos días, un compañero me pasó una fichero de audio sobre la carta que un albañil escribió a la compañía aseguradora de su empresa, con el fin de aclarar los detalles del accidente que sufrió mientras trabajaba levantando una pared de ladrillo en el sexto piso de un edificio.

Como me ha parecido realmente digna de transcribir, aquí os la dejo. Espero que no os riáis... la cosa es seria: el pobrecito fue víctima del infortunio.


Excelentísimos señores:

En respuesta a su pedido de informaciones adicionales, declaro: en el ítem nº1 sobre mi participación en los acontecimientos, mencioné: "tratando de ejecutar la tarea y sin ayuda", como la causa de mi accidente. Me piden en su carta que dé una declaración más detallada, por lo que espero que lo que sigue aclare de una vez por todas sus dudas.

Soy albañil desde hace 10 años. El día del accidente estaba trabajando sin ayuda, colocando los ladrillos de una pared del sexto piso del edificio en construcción en esta ciudad. Finalizadas mis tareas, verifiqué que habían sobrado aproximadamente 250kg de ladrillos. En vez de cargarlos hasta la planta baja a mano, decidí colocarlos en un barril y bajarlos con ayuda de una roldana (polea), que felizmente se hallaba fijada a una viga en el techo.

Bajé hasta la planta baja, até el barril con una soga y, con la ayuda de la roldana, lo levanté hasta el sexto piso, atando el extremo de la soga en una columna de la planta baja. Luego subí y cargué los ladrillos en el barril. Volví a la planta baja, desaté la soga y la agarré con fuerza, de modo que los 250 k de ladrillos bajasen suavemente (debo indicar que en el ítem nº 1 de mi declaración a la policía he indicado que mi peso corporal es de 80kg).

Sorpresivamente, mis pies se separaron del suelo y comencé a ascender rápidamente, arrastrado por la soga. Debido al susto, perdí mi presencia de espíritu (consciencia) e irreflexivamente me aferré más aún a la soga mientras ascendía a gran velocidad. En las proximidades del tercer piso, me encontré con el barril que bajaba, a una velocidad aproximadamente similar a la de mi subida, siéndome imposible evitar el choque. Creo que allí se produjo la fractura de cráneo.

Continué subiendo hasta que mis dedos se engancharon dentro de la roldana, lo que provocó la detención de mi subida y también quebraduras múltiples de los dedos y de la muñeca. A estas alturas de los acontecimientos ya había recuperado mi presencia de espíritu y, pese a los dolores, continué aferrado a la cuerda. Fue en ese instante que el barril chocó contra el suelo, su fondo se partió y todos los ladrillos se desparramaron.

Sin ladrillos, el barril pesaba aproximadamente 25kg. Debido a un principio simplísimo, comencé a descender rápidamente. Al pasar por el tercer piso me volví ha encontrar con el barril vacío que subía. En el choque que sobrevino estoy casi seguro que se produjeron las fracturas de tobillos y nariz. Afortunadamente, este choque disminuyó la velocidad de mi caída, de manera que cuando aterricé sobre la montaña de ladrillos solo me quebré tres vértebras.

Lamento, sin embargo, informar que, cuando me encontraba caído encima de los ladrillos con dolores insoportables y sin poder moverme, vi encima de mí el barril, perdí de nuevo mi presencia de espíritu y solté la soga. Debido a que el barril pesaba más que la cuerda, descendió rápidamente cayendo sobre mis piernas y quebrándome las dos tibias.

Esperando haber aclarado definitivamente las causas y desarrollo de los acontecimientos, me despido atentamente. Se hará justicia. El hecho de la cosa en sí, por supuestamente, y con consentimiento de causa lo voy a decir. Dicho queda: a los hechos me repito. Esto es una catacombe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pa haberse matao!!

Saludos desde un rincon de la costa de la luz