01 enero 2007

Y uno aprende...

Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.

Y uno aprende
que el amor no significa recostarse
y una compañía no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender...
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas.

Y uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo
uno aprende que, si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende...

Y con cada adiós uno aprende.

José Luís Borges

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