¿Está lleno tu cubo?
Esta mañana, de visita médica por Coruña, he aprovechado para comprar un libro en una pintoresca librería del centro. Es que a uno le gustan los libros, y por mirar no cobran (de momento).
El título del libro es: "¿Está lleno su cubo?" Lo encontré en la sección de Dirección y Organización de Empresas, pero creo que la lección personal es mayor que la laboral.
Aún no lo he leído, aunque sí lo he empezado, y recomiendo su lectura a tod@s.
Como breve introducción, aquí os transcribo "La teoría del cucharón y el cubo". Lo dicho, muy recomendable.
Cada uno de nosotros posee su propio cubo. El cubo se llena o vacía permanentemente en función de lo qeu otros nos dicen o nos hacen. Cuando nuestro cubo está lleno, nos sentimos bien; cuando está vacío, fatal.
Cada uno de nosotros dispone también de un cucharón. Cuando empleamos nuestro cucharón para llenar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que potencie sus emociones positivas- también estamos llenando nuestro propio cubo. Pero cuando utilizamos nuestro cucharón para vaciar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que merme sus emociones positivas- nos vaciamos nosotros mismos.
Igual que las copas llenas a rebosar, un cubo lleno nos proporciona una perspectiva positiva y energías renovadas. Cada gota del cubo nos fortalece y refuerza nuestro optimismo.
Sin embargo, un cubo vacío enturbia nuestra mirada, socava nuestra energía y debilita nuestra voluntad. Por eso, cuando alguien se dedica a vaciar nuestro cubo nos duele.
De esta manera cada día nos encontramos ante una disyuntiva: podemos llenar los cubos de los demás o podemos vaciarlos. Se trata de una elección fundamental, capaz de afectar profundamente nuestras relaciones, nuestra capacidad de trabajo, nuestra salud y nuestra felicidad.
El título del libro es: "¿Está lleno su cubo?" Lo encontré en la sección de Dirección y Organización de Empresas, pero creo que la lección personal es mayor que la laboral.
Aún no lo he leído, aunque sí lo he empezado, y recomiendo su lectura a tod@s.
Como breve introducción, aquí os transcribo "La teoría del cucharón y el cubo". Lo dicho, muy recomendable.
Cada uno de nosotros posee su propio cubo. El cubo se llena o vacía permanentemente en función de lo qeu otros nos dicen o nos hacen. Cuando nuestro cubo está lleno, nos sentimos bien; cuando está vacío, fatal.
Cada uno de nosotros dispone también de un cucharón. Cuando empleamos nuestro cucharón para llenar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que potencie sus emociones positivas- también estamos llenando nuestro propio cubo. Pero cuando utilizamos nuestro cucharón para vaciar los cubos de los demás -siempre que hacemos o decimos algo que merme sus emociones positivas- nos vaciamos nosotros mismos.
Igual que las copas llenas a rebosar, un cubo lleno nos proporciona una perspectiva positiva y energías renovadas. Cada gota del cubo nos fortalece y refuerza nuestro optimismo.
Sin embargo, un cubo vacío enturbia nuestra mirada, socava nuestra energía y debilita nuestra voluntad. Por eso, cuando alguien se dedica a vaciar nuestro cubo nos duele.
De esta manera cada día nos encontramos ante una disyuntiva: podemos llenar los cubos de los demás o podemos vaciarlos. Se trata de una elección fundamental, capaz de afectar profundamente nuestras relaciones, nuestra capacidad de trabajo, nuestra salud y nuestra felicidad.
1 comentario:
Hola David, soy Pedro
Hace tiempo que no charlamos.
No tenia de idea de esto, espero que sea un cambio para bien.
Sabes mi email para escribir.
Saludos
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